La comunicación de tu bebé hasta los 36 meses

Publicado en por demamis

Entender palabras, comportamientos y conceptos 

Aunque tu bebé todavía no sabe hablar tu lenguaje ni entiende todo lo que le dices, aprende muy rápido. Los estudios demuestran que los bebés comienzan a escuchar las voces de sus padres ya dentro del útero. Y nada más nacer, el bebé empieza a sintonizar con tus palabras y con la cadencia y el ritmo de tus frases para intentar entenderte. También emplea su capacidad de observación para interiorizar cosas más complicadas como el amor, la confianza, el tiempo y la relación causa y efecto que existen en su mundo físico y emocional. 

Cuándo comienza 

El bebé comienza a aprender lo que otros dicen y hacen aun antes de nacer. Al salir del útero todavía no conoce el significado exacto de tus palabras, pero sí capta tus emociones, como la felicidad, la tristeza, el amor, la preocupación, el nerviosismo o la rabia. A los 4 meses, ya reconoce su propio nombre y entre los 8 y 12 comprenderá cosas básicas como "no" y "no se toca". A los 24 meses ya será capaz de hablarte con frases de dos o tres palabras. Y con 3 añitos tendrá un vocabulario de varios cientos de palabras y una comprensión bastante aproximada de las rutinas y actividades más comunes de la vida diaria, como hacer la compra, decir la hora o limpiar la casa. 

Cómo se desarrolla 

Nacimiento a 1 mes
Siempre que está despierto, el bebé tiene sus sentidos alerta para absorber nueva información del mundo en que se encuentra. Todavía no tiene la información que poseen los adultos o los niños más mayores para interpretar lo que les llega, pero cada día aumenta su capacidad. Muchos expertos dicen que los bebés entienden más de lo que creen la mayoría de los padres. 

Como un mecanismo de supervivencia, tu bebé se mantiene emocionalmente conectado a la gente que lo rodea. Entiende cómo te sientes y lo que piensas sólo por el tono de tu voz, la forma de tu boca, tu ritmo de respiración, la sensación de tu piel y el brillo de tus ojos. Tu bebé se formará su versión de la realidad a partir de la manera en que respondas a él; por ejemplo, asumirá que lo valoras y lo quieres porque acudes a él cuando llora, lo miras con amor a los ojos o le das de comer cuando tiene hambre. 

Al progresar sus funciones motoras, también mejora su memoria, su capacidad de atención se alarga, y su habla y sus habilidades sociales cada vez se van desarrollando más. 

2 a 3 meses
Tu bebé sigue absorbiendo información del entorno. Su actividad favorita es mirar todo lo que ocurre. Ahora ya va comprendiendo que tú lo tranquilizas, lo alimentas y juegas con él cuando te necesita. Se te caerá la baba cuando lo veas sonreír de verdad por primera vez. El niño disfruta con las respuestas que recibe cuando ríe y comprende que sonreír es una forma de dar a entender que está contento y satisfecho. Hacia los 3 meses añadirá a su repertorio gorjeos, iniciando así contigo una forma primitiva de conversación. 

4 a 7 meses
Tu bebé ya conoce su nombre y sabe que le estás hablando a él cuando lo dices. Incluso responderá volviéndose hacia ti. Cada vez se compenetra mejor con tu voz; cuando te oiga contenta, él responderá con alegría y si lo regañas o lo retas se pondrá nervioso y puede que empiece a llorar. También comenzará a distinguir entre la gente que conoce y la que no, y puede incluso llorar si lo pones en brazos de una persona desconocida para él. 

8 a 12 meses

Tu niño ya entiende peticiones muy sencillas. Si le dices "no" cuando trate de tocar un enchufe eléctrico, por ejemplo, se detendrá y te mirará a la cara; quizás incluso mueva su cabecita haciendo el gesto de "no". También probará tus respuestas a su comportamiento. Tirará comida al suelo para comprobar qué haces y luego almacenará tu respuesta en el banco de memoria de su cerebro. Más tarde probará otra vez para saber si reaccionas de la misma manera. 

12 a 18 meses
A los 18 meses tu hijo comprenderá y empleará unas 50 palabras. (En general, los bebés entienden una palabra antes de ser capaces de expresarla.) También seguirá tus indicaciones, incluso si conllevan dos acciones separadas como, por ejemplo: "Coge esos bloques de construcción y llévalos a la caja de los juguetes". 

19 a 23 meses
En esta fase tu niño ya es consciente de que sus deseos no siempre coinciden con los tuyos. Tratará de reafirmar su postura, por ejemplo cruzando fuertemente los brazos cuando quieras que te coja de la mano. 

Al mismo tiempo, ya va entendiendo los conceptos de espacio y dimensión. Esto significa que probablemente sepa hacer un rompecabezas sencillo. También sabe diferenciar entre triángulos y cuadrados, por lo que sabrá meter las piezas en su sitio correcto en un juego de formas. 

Es en esta época cuando comienza a relacionar causa y efecto: sabe que si tira de la manivela de una caja de sorpresas, la tapa se abre y sale disparado un payaso, por ejemplo. Esta nueva destreza le será muy útil cuando esté preparado para aprender a usar su orinalito. 

Antes de que el niño deje de usar pañales, tiene que relacionar la necesidad de ir al baño y el uso del orinalito o del inodoro. Pronto se dará cuenta de que cuando tira de la cadena del váter, su orina y heces desaparecen por el desagüe. El proceso se repite siempre que tiene necesidad de ir al baño. Cuando vea lo orgullosa que estás por sus esfuerzos de usar correctamente el inodoro, tendrá aún más ganas de repetir la experiencia. 

24 a 36 meses
Ahora ya tiene una comprensión bastante buena del lenguaje. Los expertos en desarrollo infantil dicen que la mayoría de los niños de 2 años entienden unas 150 palabras y añaden 10 nuevas a su repertorio casi a diario. Como la adquisición del lenguaje se ha convertido ya en algo completamente natural, el niño puede fijar su atención en conceptos más complicados y relacionados con las emociones. 

Entre los 2 y 3 años, comienza a captar los elementos esenciales sobre los que se sustentan las relaciones: amor y confianza. Sabe que tanto tú como el resto de la familia lo quieren y que están de su parte. Esto lo ha aprendido al sentir cómo lo habéis tratado vosotros en sus primeros años de vida. Al demostrarle afecto, responder a sus necesidades y protegerlo lo has ayudado a sentirse seguro y optimista. 

Asimismo, al verte funcionar en tu vida diaria, el pequeño comienza a comprender algunos de los aspectos más complicados de nuestras rutinas, como hacer la compra, decir la hora y la limpieza del hogar. También va adquiriendo una comprensión más profunda de cómo se debe tratar a las personas. Si quieres que de mayor sea amable y cariñoso, asegúrate de que lo tratas a él, y a los demás, de esa manera. 

Qué viene después 

El número de palabras que puede entender y pronunciar tu bebé sigue creciendo con rapidez. A los 6 años la mayor parte de los niños tiene un vocabulario de casi 13.000 palabras. En los próximos años empezará a comprender conceptos y situaciones aún más complicadas: matemáticas básicas, distinguir entre lo que está bien y lo que no y cómo predecir lo que ocurrirá en el futuro. 

Tu papel 

Hablarle y leerle a tu bebé le ayuda a desarrollar una buena capacidad de comunicación. Los estudios demuestran que los niños a quienes les leen cuentos diariamente a partir de los 6 meses tienen una mayor capacidad de comunicación. Pero es mejor que te acostumbres a leerle cosas antes de esa edad. ¿Por qué no a las pocas semanas de nacer? Aunque el bebé no entienda las palabras ni siga la historia se da cuenta de que la lectura es una actividad placentera, relajante y que le permite pasar momentos agradables contigo. 

Jugar con él le ayuda a aprender cómo funciona el mundo. Anímale a divertirse con juegos y juguetes para su edad. Ello estimulará su desarrollo físico y mental. 

Sé cariñosa, demuéstrale lo mucho que lo quieres y te preocupas por él. Ésa es la mejor manera de enseñarle a apreciar importantes conceptos emocionales, como la empatía. 

Cuándo preocuparse 

Si, después de cumplir 2 años, el niño parece tener problemas para entender las indicaciones y sugerencias más sencillas, habla con tu pediatra. También es aconsejable hablar con éste si a los 3 años notas que el niño reacciona con perplejidad ante ciertas situaciones sencillas como por ejemplo: le has enseñado muchas veces como abrir una caja pero sigue sin comprender cómo se hace. 
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C
Lo probaremos ya que estamos incluso llevándolo a un centro para que se desarrolle con música, a ver si así despertamos ese desarrollo que propones, muy bien explicado
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